Infección por parásitos intestinales en adultos y niños: causas, síntomas y tratamiento
Los parásitos intestinales son organismos que viven dentro del cuerpo y pueden afectar tanto adultos como niños, causando una serie de problemas en diferentes ámbitos de la salud.
Aunque se tiende a pensar que son una condición infantil, estos parásitos pueden afectar personas de cualquier edad.
En este artículo hablaremos sobre las causas, síntomas y tratamiento de este tipo de infecciones para ayudar a comprender como pueden influir en nuestra salud.
¿Qué son los parásitos?
Los parásitos son organismos vivos que viven vinculándose con otro organismo (huésped). Lo hacen aprovechándose de este y, generalmente, le causan un daño.
Los parásitos pueden ser internos (endoparásitos) o externos (exoparásitos, como los piojos o las pulgas). Hay que parasitan en diferentes zonas del organismo, como la malaria, que entra a la sangre a través de los mosquitos.
En este artículo nos interesan los parásitos internos, que desarrollan parte o todo su ciclo vital dentro del huésped, y más concretamente nos centraremos en los digestivos.
Los endoparàsits se clasifican en gusanos o helmintos (organismos pluricelulares) o protozoos (organismos unicelulares).
¿Cuáles son los parásitos intestinales más comunes en adultos y niños?
Hay algunos con mucha fama, como la tenia, que, afortunadamente son raros de ver en la actualidad. Otros parásitos famosos son los oxiuros, los clásicos gusanos en los niños, y los áscaris.
Los oxiuros son los gusanos pequeños blancos, miden entre 2 y 10 mm y parecen un hilo. Los áscaris son más grandes, pueden mesurar entre 15 y 30 cm y son los que nos recuerdan más a un gusano.
Los oxiuros solo están en la parte final del intestino grueso, es decir en el colon y en el recto por eso dan más picor anal.
Los áscaris empiezan el intestino delgado y pueden migrar a otras partes del cuerpo como pueden ser los pulmones y después volver al intestino, favoreciendo la aparición de tos irritativa, muy frecuente por las noches, y bronquitis.
Hay muchos otros menos conocidos como la giardia lamblia o las entamoeba, que son también bastante frecuentes.
¿Los parásitos solo aparecen en niños y animales?
A menudo, cuando diagnosticamos parásitos a un adulto queda muy confundido, expresando que no tiene hijos ni mascotas, al pensar que esto eran enfermedades infantiles.
En efecto, los niños y las mascotas son quienes más parásitos suelen tener, pero esto no imposibilita que los adultos también tengan infección por parásitos.
Las personas que tienen mascotas saben que se suelen hacer desparasitaciones un par de veces al año. Y es fácil que, las personas que tienen hijos, alguna vez les hayan detectado los típicos gusanillos en ano (los oxiuros) u les hayan dicho que sientan picor anal.
¿Por qué algunos parásitos intestinales son más frecuentes en niños que en adultos?
La mayoría de los parásitos se transmiten de manera fecal-oral, es decir, de los excrementos a la boca.
En el caso de los animales queda claro como se puede producir la contaminación… en el caso de los humanos esta puede ser por agua o alimentos contaminados, pero también al hacer actividades de jardinería o tocar tierra contaminada y después ponerse las manos en la boca. Y esta última es una actividad más propia de los niños.
A menudo la transmisión se da dentro de una familia, si algún miembro tiene parásitos y no hace una muy buena higiene de manos, será fácil que toda la familia acabe contagiada.
Hay otros parásitos que son más frecuentes en adultos, como los anisakis, famosos porque nos han hecho replantear las costumbres sobre el consumo de pescado crudo.
Actualmente, se obliga los restaurantes a congelar el pescado o marisco crudo antes de servirlo precisamente para evitar estos parásitos. El consumo de carne cruda es otra vía de entrada de algunos parásitos.
¿Cómo los parásitos intestinales afectan a la salud?
Los parásitos generan de por sí una disbiosis intestinal, con todo lo que esto conlleva, en relación a los síntomas como en repercusión al resto del organismo.
La disbiosis genera una hiperpermeabilidad intestinal, hecho que puede causar o empeorar la respuesta inmunitaria del organismo.
A menudo, generan también una fuerte respuesta inmunitaria que también dará una afectación global.
¿Qué síntomas se presentan cuando hay parásitos intestinales?
Algunos de los síntomas que provoca la infección por parásitos intestinales pueden ser:
- Abdominálgia (dolor de estómago).
- Diarrea. Cuando hay parásitos, la tendencia suele ser más a descomposición, a unos excrementos más blandos o pastosos de lo que es habitual o que salen a trozos (escala de Bristol de los excrementos 5-6), provocadas por la mala absorción de los alimentos. A pesar de que también nos encontramos con personas que presentan estreñimiento o estreñimiento crónico y tienen parásitos.
- Colon irritable.
- Sensación de defecación incompleta.
- En algunos casos puede producir un síndrome de malabsorción, que podemos ver en la calidad de los cabellos, de la piel, en la falta de capacidad de aumentar de peso, en la debilidad y el aspecto de mala salud.
- Gases, retortijones, abdomen hinchado o ruido de los intestinos, sobre todo después de las comidas.
- Presencia de moco en las heces, incluso sangre, en algunas ocasiones.
- Ardor de estómago, obstrucción intestinal, pancreatitis, fiebre.
- Ansiedad para comer, sensación de panza vacía.
- Sensación que hay una cosa extraña en la garganta, como si costara tragar, exceso de saliva, mal aliento.
- Tendencia a las alergias, intolerancias o sensibilidades alimentarias.
- Fatiga por la sobrecarga de metabolitos tóxicos derivados de las toxinas que generan.
- Debilidad, frío interno, frío en las extremidades y poca energía.
- Ojos hinchados.
- Insomnio, bruxismo.
- Dolor muscular y articular.
- Anemia, puesto que interfieren en la absorción de los nutrientes necesarios para la formación de la sangre.
- Tos nocturna.
- Asma, bronquitis.
- Pueden afectar al crecimiento, al peso y al apetito.
- Puede aparecer compulsión para comer dulces.
- Los parásitos intestinales pueden estar relacionados con un aumento o una pérdida de peso, causado por un aumento incontrolable del apetito o una pérdida de este.
- También pueden estar relacionados con la incapacidad para ganar o perder peso.
- En los adultos, en el ámbito sexual y reproductivo, pueden provocar tendencia a la candidiasis, cistitis, síndromes premenstruales y alteraciones prostáticas.
- En la piel pueden generar picor y erupciones, eccemas y urticarias por la inflamación causada por los parásitos.
- Prurito nasal, en algunos niños se puede observar que se frotan la nariz a menudo.
- Prurito genital o anal, algunos niños se masturban para aligerar el prurito.
- Genitales y/o anos eritematosos.
- Pueden producir alteraciones en el estado de ánimo como cambios repentinos del sentido del humor, irritabilidad, nerviosismo, depresión, disminución de la memoria, inquietud, ansiedad, lentitud de reflejos, sensación de pensamiento lento o confuso y trastornos del sueño con despertares múltiplos nocturnos, enuresis nocturna y babeo al dormir.
También hay personas que no presentan síntomas especialmente llamativos y que, simplemente, presentan una disbiosis o un pequeño eccema, por ejemplo. U otros que presentan problemas intestinales recurrentes o de manera intermitente (nos indicaría periodos de mayor o menor actividad/cantidad de parásitos).
Una característica de los parásitos es que toda la sintomatología suele empeorar con la luna llena, esto es debido al hecho que es un momento en que hay una mayor eclosión de huevos y, por lo tanto, un incremento de los parásitos.
¿Qué efectos a largo plazo puede tener una infección no tratada de parásitos intestinales?
En caso de que no se trate la parasitosis, la disbiosis suele ir empeorando y nos podemos encontrar que cada vez aparecen más problemas gastrointestinales, sistémicos y más enfermedades crónicas.
Sabemos que la disbiosis nos lleva a una desregulación del sistema inmunitario, que puede afectar a muy diversos niveles. Hemos citado algunas alteraciones que están ligadas precisamente a esta desregulación, como pueden ser los eccemas o el asma, y podríamos llegar a sufrir problemas autoimmunitarios.
Diagnóstico: ¿cómo se detectan los parásitos intestinales?
Los parásitos no son tan fáciles de detectar como podría parecer.
En el caso de los oxiuros, a veces se produce observación directa. Es importante observar los excrementos (nos pueden dar muchas claves sobre la salud), especialmente si tenemos picores. Es importante observar también los excrementos de las criaturas.
De todas maneras, el hecho que no veamos gusanos, no implica que no estén, puesto que la eliminación de estos es muy variable, y la posibilidad de ver dependerá también de la cantidad
¿Qué pruebas médicas existen para diagnosticar una infección por parásitos intestinales?
Hay parámetros analíticos que nos pueden hacer sospechar de la presencia de parásitos, como la elevación de los anticuerpos IgE o de los eosinófilos o monocitos, o el hierro bajo sin motivo aparente.
En algunos casos, si tenemos una sospecha concreta, podemos pedir los anticuerpos específicos del parásito en cuestión.
Otra opción para el diagnóstico de los parásitos intestinales es la detección en excrementos.
A menudo nos encontramos con pacientes que se han hecho tests de excrementos que han salido negativos pero depende de dónde y cómo los hayan hecho no los damos por válidos.
Para que se puedan detectar los parásitos es importante hacerlo intermediando PCR, u observación directa con excrementos frescos y con un profesional especializado.
Los tests de PCR buscarán unos parásitos específicos; se suelen valorar los más frecuentes. La observación directa permite valorar todo el rango, pero requiere personas muy especializadas.
Nosotros lo testamos mediante la Electroacupuntura de Voll y, si tenemos la sospecha, podemos asociar los tests de excrementos citados para confirmar el diagnóstico.
Prevención: ¿Cómo puedo evitar o prevenir una infección de parásitos intestinales?
Hay muchos factores a destacar para prevenir la infección de parásitos intestinales.
De entrada hay que decir que hay parásitos que tienen mucho poder patógeno y, si entramos en contacto, nos contagiaremos seguro. Otros parásitos no son tan virulentos y la infección dependerá del estado del sistema digestivo del huésped.
Por lo tanto, un sistema digestivo saludable dificultará la parasitosis.
Nuestra salud bucodental y más concretamente los metales que llevamos en la boca, como los empastes de amalgama, generan disbiosis.
¿Cómo influye la dieta y el estilo de vida en la aparición de parásitos?
Alimentación saludable:
Si necesitamos un intestino saludable para minimizar el riesgo de parásitos, podemos entender que, una alimentación saludable será también un factor protector frente a estas infecciones.
Un excesivo consumo de azúcar está asociado a una mayor probabilidad de parásitos y a una mayor infección (cantidad) de estos.
Cocción de los alimentos:
Hemos comentado que la mayoría se transmiten de manera fecal-oral y a través de agua o alimentos contaminados. Ya tenemos por costumbre, por ejemplo, a no consumir alimentos crudos, agua o hielo, según los países donde viajamos. Esto es porque, si la persona que ha manipulado los alimentos está contagiada y toca los alimentos con las manos sucias, podrían quedar quistes o huevos en los mismos y, al ingerirlos, nos contagiaríamos. El contagio también depende de la cantidad de quistes o huevos que ingerimos.
Con el agua también depende mucho de los sistemas de saneamiento. En muchos países el agua pasa por unos procesos de potabilización y posterior cloración que dificultan mucho que puedan vivir patógenos.
Por lo tanto, una manera de minimizar el riesgo de parasitosis es la cocción de los alimentos, puesto que esta eliminará la mayoría de patógenos, ya sea que están dentro del alimento (como los anisakis en el pescado crudo) o por contaminación a raíz de la manipulación.
Limpieza de frutas y verduras:
Las frutas y verduras a menudo están en contacto con la tierra, de donde pueden “recoger” huevos; también son manipuladas por personas. Así que, será muy importante limpiar muy bien frutas y verduras, todavía más si son ecológicas, porque, al no contener biocidas pueden estar contaminadas más fácilmente.
Esto no nos tiene que hacer dejar de consumir alimentos ecológicos, ¡que son los más saludables!
Para eliminar los posibles parásitos, se pueden sumergir frutas y verduras en agua con un poco de bicarbonato o vinagre (las dos cosas no) durante unos minutos y después enjuagarlas bien. Si es posible, las podemos rascar también con un estropajo específico.
Higiene:
Finalmente, para evitar o prevenir una infección de parásitos intestinales es fundamental una buena higiene de manos, puesto que, si por casualidad hemos tocado algún elemento contaminado por parásitos, los eliminaremos antes de ponernos las manos a la boca.
Esto es especialmente importante en los niños que a menudo están en contacto con el suelo y, en este suelo, pueden haber defecado animales como perros o pájaros.
Hay que lavar bien las manos antes de cada comida, dedicando un par de minutos, frotando todos los rincones y utilizando un cepillo para las uñas. Y, evidentemente, procurar que no se pongan las manos sucias en la boca.
Tratamiento: ¿Cómo eliminar los parásitos del intestino?
Una vez nos hemos infectado por parásitos hay varias acciones que podremos hacer para deshacernos:
Tratamiento pautado por el médico. Este podrá ser a base de medicamentos convencionales, herbáceos u otros suplementos alimentarios. En el Centro solemos combinar tratamiento convencional con herbáceos y algún probiótico. El tratamiento específico dependerá: del tipo de parásitos, de la edad del paciente y otros determinantes de salud que tendrá que valorar el profesional.
En general, pautaremos tratamientos combinados y prolongados en el tiempo, puesto que los parásitos son bastante difíciles de eliminar. Cuando hacemos tratamiento eliminamos los parásitos adultos, pero no los huevos o quistes, que son inmunes a estos medicamentos o herbáceos, por lo cual habrá que hacer tratamientos largos para coger varios ciclos parasitarios.
Será importante que, al menos parte del tratamiento, se realice durante la luna llena. Ya hemos comentado que este es el momento en que se da una mayor eclosión de parásitos, y por tanto habrá que aprovechar esta ventaja.
La eliminación la tiene que hacer toda la familia, puesto que el contagio de parásitos intestinales a la familia es lo más habitual.
Habrá que lavar bien la ropa, especialmente la ropa interior y la ropa de cama. A ser posible a 60 grados y secarla al sol siempre que sea posible.
Evidentemente, habrá que tratar el motivo de fondo que ha generado una parasitosis, si está. Como la disbiosis, amalgamas dentales, etc.
En resumen, el tratamiento adecuado de los parásitos intestinales es fundamental para evitar complicaciones a largo plazo. Si sospechas que podrías tener, puedes consultar con el Centro para una detección y tratamiento efectivo.
Recuerda que la prevención y una buena higiene son las mejores herramientas para evitar el contagio.
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Artículo escrito por:
Doctora. Medicina integrativa, homeopatía, micronutrición, nutrición ortomolecular, medicina ambiental.
Doctora. Medicina integrativa, homeopatia, micronutrición ortomolecular.