¿Por qué se producen las enfermedades autoinmunes?
Aunque no lo parezca, muchas enfermedades de las que probablemente hemos oído hablar, padecemos o conocemos a alguien que las sufre son en realidad enfermedades autoinmunes.
Es el caso de la esclerosis múltiple, la enfermedad celíaca, el Hashimoto, la artritis, la enfermedad de Crohn, la psoriasis o la diabetes de tipo 1, entre otras muchas.
Son más comunes en mujeres y en ocasiones se presentan en varios miembros de una misma familia.
En el presente artículo queremos analizar las posibles causas detrás de una enfermedad autoinmunitaria, basándonos en los últimos avances científicos, aportando claridad a una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo.
¿Qué es una enfermedad autoinmune?
Según el National Cancer Institute de EE.UU., una enfermedad autoinmune es una afección por la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca los tejidos sanos propios porque los confunde con tejidos ajenos.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de las enfermedades autoinmunes?
La gran mayoría de enfermedades autoinmunes ocasionan inflamación que afecta diversas partes del cuerpo.
Estas áreas afectadas varían según el tipo de enfermedad autoinmune, aunque comparten síntomas y signos comunes como fatiga, fiebre, dolor muscular, inflamación y molestias en las articulaciones, trastornos cutáneos, dolor abdominal, problemas digestivos y glándulas inflamadas.
Estos síntomas tienden a manifestarse de forma intermitente, y pueden variar en intensidad.
¿Cuáles son las enfermedades autoinmunitarias más comunes?
La esclerosis múltiple, el Parkinson, la celiaquía, la enfermedad de Crohn, la psoriasis o la diabetes de tipo 1, las tiroiditis de Hashimoto o la de graves Bassedow, el Sjögren o síndrome seco, la artritis, son algunas de las más frecuentes.
¿Por qué se dice que en una enfermedad autoinmune el sistema inmunitario ataca al cuerpo?
Se dice que, en las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunitario “se vuelve loco”, y ataca por error las células sanas del organismo, de modo que el sistema inmunitario no diferencia nuestro tejido sano de los antígenos potencialmente nocivos por una causa desconocida.
Pero, … ¿realmente es así?
En los últimos años, se han realizado estudios en los que se ha relacionado el estado de nuestros intestinos con el sistema inmunitario.
Ya se ha demostrado (1) la relación entre la microbiota intestinal y las enfermedades autoinmunes en humanos, donde las personas con enfermedades autoinmunes muestran alteraciones de la microbiota intestinal conocidas como disbiosis.
Ante esta evidencia, consideramos que nuestro sistema digestivo es, una pieza clave para recuperar nuestra salud.
¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que tapizan nuestra mucosa intestinal. Tienen funciones tan diversas e importantes como protegernos de patógenos y tóxicos, participar en la digestión o modular la inmunidad, entre otros.
Por lo tanto, el estado de la microbiota tendrá un fuerte impacto sobre la salud, tanto para bien como para mal.
La importancia de la microbiota intestinal es tal que cuando está alterada contribuye a la aparición de enfermedades y sintomatología muy diversa: cansancio, irritabilidad, falta de concentración, pérdida de memoria, síntomas gastrointestinales como diarrea, estreñimiento o flatulencias, enfermedades autoinmunes, alergias, entre otros.
¿Qué es la disbiosis intestinal?
La disbiosis es el desequilibrio de la estructura y de la función normal de la microbiota.
La disbiosis conlleva un déficit de bacterias o un sobrecrecimiento de bacterias “malas” en el intestino delgado (llamada SIBO) y/o en el intestino grueso (conocida como LIBO).
También puede ir asociada a la presencia de microorganismos patógenos como amebas, parásitos u hongos o al sobrecrecimiento de hongos (LIFO y SIFO).
La disbiosis intestinal genera inflamación crónica de bajo grado que se relaciona con multitud de enfermedades como:
- alergias
- problemas cutáneos
- trastornos endocrinos (hipotiroidismo, diabetes)
- trastornos inmunológicos (artritis, psoriasis, etc.)
- enfermedades neurológicas (demencias)
- uveítis oftálmica autoinmune
- enfermedades psiquiátricas (TDAH, depresión, ansiedad, etc.)
- e incluso cáncer.
Entonces, podemos preguntarnos: ¿por qué ataca partes de nuestro organismo sin causa aparente?
¿Por qué motivo el cuerpo se vuelve contra uno mismo?
Ya hemos hablado de la relación entre las enfermedades autoinmunes y la permeabilidad intestinal, la disbiosis y la inflamación de bajo grado que produce un desgaste que hace que se pierda la protección de ciertos tejidos y ciertas células ajenas al sistema inmunitario.
Queremos ponerte un ejemplo muy gráfico: imagina que tenemos un vigilante que pasa constantemente por unos lugares en perfecto estado, estará tranquilo. Pero, si esta zona cambia, y está distinta, se pondrá en estado de alerta, y si se encuentra con elementos que no reconoce como los “normales” o habituales los atacará para devolver la estabilidad al lugar.
Ante esta situación, te preguntamos: ¿eso significa que el vigilante se equivoca porque no reconoce como normal aquello nuevo que se ha encontrado y actúa para protegerse frente a lo desconocido?
Cuando volvemos a centrarnos en nuestro organismo, es exactamente lo que sucede.
¡No es que el sistema inmunológico se haya vuelto loco, lo que ocurre es que está actuando en defensa ante algo desconocido que no debe estar allí!
Esta respuesta de defensa produce una inflamación anómala que si se cronifica puede producir una alteración funcional de un órgano, una inflamación como resultado de la “guerra” existente ante algo extraño y que derive en una fibrosis en el tejido, una destrucción o un crecimiento excesivo.
Por eso gran cantidad de enfermedades tienen origen en el funcionamiento alterado, debido a qué se ha afectado el tejido porque el sistema inmunitario está cumpliendo su tarea descubriendo aquello que no conoce.
Un claro ejemplo es la diabetes. En esta enfermedad, hay unas células que irritan a los islotes de Langerhans del páncreas que se están viendo atacadas y destruidas, al igual que en cualquier otra parte de nuestro organismo, como los vasos sanguíneos, el tejido conectivo, las glándulas (especialmente la glándula tiroides), las articulaciones, los músculos, los nervios; hasta incluso los propios glóbulos rojos.
Pero no solo el sistema digestivo puede ser la causa que desencadene un estado de “alerta o alarma” en el sistema inmunitario.
También hay otros desencadenantes que no podemos obviar: los agentes patógenos externos como el virus del Epstein-Barr (VEB), también conocido como el virus del herpes humano 4, uno de los virus más comunes en los seres humanos; el citomegalovirus o las candidiasis.
Por ello es clave investigar la existencia y el estado de estos patógenos en cualquier paciente con una autoinmunidad.
¿Què otros factores desencadenantes se deben tener en cuenta en una enfermedad autoinmune?
Desde la medicina integrativa no podemos olvidarnos de la relación entre las enfermedades autoinmunes y otros factores que pueden favorecer su aparición, como pueden ser los trastornos emocionales.
Otros factores desencadenantes pueden ser el estrés crónico, la falta de sueño, factores hormonales, los factores medioambientales y genéticos, así como algunos agentes microbianos que producen activaciones del sistema inmunitario produciendo reacciones cruzadas con nuestras propias células.
Una de las teorías más aceptadas actualmente es que el sistema inmune después de ser expuesto a un antígeno elige como blanco para producción de anticuerpos una proteína similar a otra ya existente en nuestro organismo.
La alimentación, por ejemplo, en las alteraciones tiroideas puede hacerlo cuando la molécula de gluten se halla en lugares en los que no debe estar, atacando otras proteínas semejantes al gluten. Por ese motivo, cuando se retiran los cereales, sobre todo, los que contienen gluten, la reacción de autoinmunidad disminuye.
Otro de los casos es la uveítis autoinmune (la inflamación de la capa media del ojo que puede afectar también a la retina) en la que se ha descubierto que una bacteria intestinal es la responsable de la destrucción de las células de la retina.
Tratamiento de las enfermedades autoinmunes desde la medicina integrativa
Desde la medicina integrativa el tratamiento de las enfermedades autoinmunes tiene en cuenta:
- La regulación del sistema inmunológico mediante estudios completos.
- La reestructuración y el equilibrio del sistema digestivo: microbiota, permeabilidad, sensibilidad alimentaria, acompañado por estudios completos y del Test de disbiosis intestinal.
- La micronutrición, con la aportación de los micronutrientes necesarios y personalizados para cada persona gracias a la medicina ortomolecular.
- El diseño de una pauta nutricional y alimentaria desde la nutrición integrativa que favorezca la regulación del sistema inmunológico, del sistema digestivo y, principalmente, de las alteraciones intestinales existentes.
- Fortalecimiento del sistema nervioso y mejora de la calidad de vida.
- Tratamientos personalizados basados en fitoterapia, homeopatía, nutrición celular activa, bioinmunogenética, medicina biológica, vitamina C intravenosa, ozonoterapia, acupuntura, tratamientos manuales ayurvedicos, reflexología podal, terapia neural y masajes.
Algunas enfermedades autoinmunes afectan a las articulaciones y los músculos, el masaje puede ayudar a mejorar la flexibilidad y la movilidad.
También pueden aumentar la circulación sanguínea y linfática, lo que puede ayudar a mejorar la función inmunológica y reducir la inflamación.
El masaje puede ayudar a aliviar la tensión muscular y disminuir la percepción del dolor a las personas que experimentan dolor crónico.
Las enfermedades autoinmunes pueden provocar estrés físico y emocional. Los masajes pueden ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el bienestar general del paciente.
Reflexiones finales sobre por qué se desencadenan las enfermedades autoinmunitarias y su posterior tratamiento
En conclusión, en el presente artículo hemos explorado las causas detrás de las enfermedades autoinmunes, analizando los últimos avances científicos.
Unas afecciones, en las que el sistema inmunitario reacciona defendiendo al organismo contra aquellas partículas que considera “extrañas”, y que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Hemos observado cómo la microbiota intestinal y la permeabilidad intestinal desempeñan un papel crucial en el desarrollo de estas enfermedades, así como la relación entre factores desencadenantes, como el estrés crónico y los agentes microbianos.
Desde la medicina integrativa, el enfoque del tratamiento incluye la regulación del sistema inmunológico, la corrección de alteraciones del sistema digestivo mediante micronutrientes, una pauta nutricional adecuada y diversas terapias complementarias para fortalecer el sistema nervioso y mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan estas condiciones.
El abordaje integral y personalizado se convierte en una herramienta fundamental para recuperar la salud y el bienestar a los pacientes con enfermedades autoinmunes, resaltando la importancia de una evaluación completa y un enfoque multidisciplinario en su manejo.
Si quieres ampliar esta información, te recomendamos las referencias bibliográficas que hemos utilizado para escribir este artículo:
(1) Balakrishnan B, Taneja V. Microbial modulation of the gut microbiome for treating autoimmune diseases. Expert Rev Gastroenterol Hepatol. 2018 Oct;12(10):985-996. doi: 10.1080/17474124.2018.1517044. Epub 2018 Sep 3. PMID: 30146910.+
(2) Valdes A M, Walter J, Segal E, Spector T D. Role of the gut microbiota in nutrition and health BMJ 2018; 361 :k2179 doi:10.1136/bmj.k2179
(3) Matenchuk BA, Mandhane PJ, Kozyrskyj AL. Sleep, circadian rhythm, and gut microbiota. Sleep Med Rev. 2020 Oct;53:101340. doi: 10.1016/j.smrv.2020.101340. Epub 2020 May 13. PMID: 32668369.
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Artículo escrito por:
Médico. Medicina integrativa, homeopatía, micronutrición, nutrición ortomolecular.
Fisioterapeuta. Acupuntura.