La dermatitis atópica es una alteración de la piel que suele aparecer en los primeros meses o años de vida y, menos frecuentemente, en la edad adulta.
Podemos sospecharla en bebés o niños con piel seca, descamada, enrojecida, con picor y formación de costras y grietas. Las zonas más afectadas son la cara, la frente, el cuello, los antebrazos y los pliegues de flexión en general.
En la mayor parte de los casos, esta enfermedad va asociada a la alteración de la microbiota intestinal (las bacterias intestinales) que provoca un traspaso anormal de substancias desde el intestino a la sangre, ante las cuales el organismo responde provocando procesos inflamatorios que pueden expresarse en la piel. Por tal motivo, además de tratar la piel con substancias que ayuden a mejorar la barrera lipídica, es necesario tratar la enfermedad desde dentro, equilibrando la alteración intestinal.
En los adultos suele estar relacionada con estados de estrés o trastornos digestivos.
El abordaje desde la medicina integrativa tiene en cuenta la reparación intestinal, las posibles causas medioambientales y emocionales del paciente, así como la alimentación adecuada, para conseguir la regulación del organismo y la mejoría de la piel.
Dra. Assumpta Mestre